tejido conectivo

FASCIA, EL TEJIDO CONECTIVO

– El Tejido Conectivo es un tejido especializado en unir o conectar y a la vez independizar las diferentes estructuras de nuestro cuerpo, desde los órganos y el sistema nervioso, hasta los músculos y los huesos, llegando hasta la célula.

Está constituido por una matriz, células en su mayoría de colágeno y en menor cantidad de reticulina y fibras. La matriz o substancia fundamental es una disolución de agua y moléculas glucoprotéicas.

Las células son las responsables de fabricar los cables, pegamentos, lubrificantes o elementos elásticos, es decir de darles las propiedades que son necesarias en cada lugar.

Las fibras son en su mayoría de colágeno, muy resistentes a la tracción y dan a la fascia sus principales capacidades mecánicas. La reticulina y las fibras elásticas sirven para reparar y mantener los tejidos.

La fascia es diferente según cantidad, orden y empaquetamiento del colágeno. En general los tejidos conectivos resisten fuerzas, pegan o conectan como cables, por ejemplo: los tendones transmiten la fuerza de los músculos a los huesos y los ligamentos unen los huesos entre sí, son cables de colágeno.

Todo ello crea un sistema interconectado, continuo y tridimensional para soportar fuerzas. Los huesos son piezas rígidas incluidas dentro de la red fascial. En ingeniería esto es lo que se llama un sistema de “tensegridad”, un conjunto de cables con piezas resistentes que las conectan.

Los atletas soportan grandes impactos en los gestos deportivos y deben tener huesos fuertes. Sin embargo, necesitan además un sistema de tensores, de cables adecuado que mantenga los huesos en su sitio.

El colágeno dentro del sistema fascial, sirve para transmitir, distribuir y modificar las fuerzas de los músculos y de los impactos externos. Cuando damos un puñetazo (acción), la fuerza impulsora viene del suelo desde el pie, la tensión sube desde la bóveda plantar, la pierna y el muslo, los tendones de la pelvis y la aponeurosis toracolumbar hasta llegar al brazo y al puño. La fuerza circula por este sistema de colágeno usando los huesos como puntos de apoyo o trasmisión. Los músculos, a su vez, actúan como motores y reguladores de la tirantez del sistema.

El término “fascia” incluye el conjunto de aponeurosis, membranas, cartílagos y cápsulas articulares, ligamentos, tendones y vainas tendinosas. Forma las meninges y células de soporte cerebral, el cristalino del ojo, el periostio, el recubrimiento del hígado, y la mayor parte del sistema digestivo, así como las envolturas casi microscópicas de los vasos, nervios, fibras musculares, etc. Las fascia es, pues, un sistema global.

El colágeno de la fascia tiene propiedades piezoeléctricas, transmite electricidad. Cualquier tensión en una zona produce información eléctrica y mecánica que se transmite al conjunto del organismo. Esta información sirve para organizar los cambios estructurales; por ejemplo, dónde debe haber más densidad de hueso (ley de Wolff), se podría decir que el sistema fascial es el responsable de nuestra “forma” (morfostasis).

La fascia es el tejido de sostén y nutrición intercelular. Sus funciones incluyen: soporte, protección, separación, respiración celular, eliminación de toxinas, metabolismo y flujo de fluidos y linfa. Posee pues una profunda influencia en el sistema inmune y la salud celular pero, sobre todo se encarga de la forma del “cuerpo”.

Los traumas de la fascia y la forma como se transmiten las tensiones cambian el entorno de las células, lo cual afecta a su comportamiento. Si existen restricciones en las fascias, las fuerzas de los impactos no se dispersan adecuadamente y esos impactos dan origen a lesiones por sobrecarga.

Una persona con restricciones fasciales tendrá un exceso de presión en una zona determinada con una actividad anormal, reducción de los movimientos y posibles lesiones recurrentes, al fallar un gesto, los movimientos de compensación que se crean pueden dar lugar a una deformación con sus signos y síntomas clínicos.

Según esto, se puede considerar que una lesión determinada es consecuencia del desequilibrio global de las estructuras “a tensión” (los cables de colágeno) y no como un problema aislado y fuera del contexto global.

Por lo tanto es de suma importancia cuidar la buena salud de nuestras fascias mediante ejercicios que nos lleven a mantenerlas fuertes y elásticas, como los ejercicios de “Torsiones y Estiramientos” que realizamos durante las prácticas de Chi Kung.

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